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Ojos
y Oídos
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"En materia de reforma del Estado quiero lanzarle un
desafío al doctor Jorge Batlle en su versión siglo XXI.
Nosotros venimos planteando desde hace años la modernización
del Estado a través de la presencia del usuario del servicio en
la gestión de ese emprendimiento, en los directorios de las
empresas públicas. Actuando como una suerte de ente testigo,
defensor del consumidor del servicio público. Esto está
contenido en una iniciativa que se presentó por primera vez en
1992, en una ley de reforma del Estado, en forma simultánea con
el plebiscito de ese año. Y esto lo hemos vuelto a presentar en
cada legislatura. Esta es una buena idea, no menor, que tiene
que ver con el tema de la defensa de los derechos del
consumidor, en este caso del usuario de un servicio público y
del ciudadano frente al Estado.
En el concepto de
la reforma del Estado hay un tema que se sigue manejando y que
parece una especie de consigna agitada con fines demagógicos.
¿Cómo se puede seguir diciendo que es necesario que las
empresas de los servicios públicos estén dirigidas por
personas con idoneidad en la materia? ¿Cómo lo puede decir el
Presidente Batlle, cómo puede hablar de eso? Hay que tener
autoridad para hablar de las cosas y no puede decir eso,
después de haber integrado los directorios de los servicios y
de las empresas públicas con el viejo y censurable sistema de
la repartija política. Hoy el Uruguay debería y podría tener
al frente de esos servicios a las personas mas capacitadas y si
no las tiene es porque el señor Presidente de la República, su
partido y el Partido Nacional, no lo han querido. Son directos,
únicos y exclusivos responsables de eso. Así de claro y de
sencillo. Si en el mensaje presidencial se dice que hay que
hacer una reforma del Estado para que haya al frente de las
empresas públicas personas con capacidad de gestión en la
materia, ¿ por qué no las puso señor? Así que vamos a
sacarnos la careta con estos temas. Podemos lanzarle al señor
Presidente la idea de buscar un acuerdo nacional, con apoyo de
la izquierda, en donde los dirigentes de las empresas públicas
sean de respaldo nacional. Vamos en este año y cambiemos a
todos los directores que no tengan idoneidad en la materia.
Pongamos gente que sea del partido que sea, pero gente de
trayectoria, que domine el tema y que sea experta de gestión en
cada una de las áreas. Busquemos a ese gente y nosotros lo
apoyamos, pero cambiemos a los que están y que fueron
designados todos por cuota política". (Diputado
Carlos Pita (EP-FA) en La República del 4 de marzo).
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"Los partidos históricos no comprendieron cabalmente que
terminó la era del clientelismo estatal. Que este Estado ya no
puede ( y nunca debió hacerlo) darse el lujo de ser utilizado
como sostén político de estructuras partidarias. Muchos
dirigentes políticos continúan creyendo que su futuro
político pasa por ocupar algún cargo en la administración
pública, lo cual les genera una fuente de poder a ser utilizada
con fines estrictamente personales. Esto produce que, más allá
de los discursos sobre la modernización del Estado, muchos no
quieran que se cambie nada". (Ingeniero Juan Carlos
Doyenart, director de canal estatal y del Sistema Nacional de
Televisión, en El Observador del 3 de marzo).
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"El Movimiento Tacurú ya mejoró el servicio: cada joven
recoge mil quilos más de basura, por día, respecto a lo que
antes hacía el funcionario municipal (...). Pero los
funcionarios de la repartición municipal seguirán integrando
la plantilla de personal como siempre. El servicio mejora, sí,
pero se lo paga dos veces. Resolver esta contradicción exige
liquidar ese intocable y pernicioso fantasma llamado
inamovilidad del funcionario público". (Tomás Linn,
en Búsqueda del 1 de marzo).
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"Tenemos que convencernos que no podemos aspirar a lograr
justicia social, igualdad de oportunidades y crecimiento
económico sostenido, si seguimos aferrados a viejos esquemas
estatistas que está perimidos y cuya aplicación sólo es capaz
de brindar bienestar a los pequeños grupos que viven protegidos
por ello". (Economista Fanny Trylesinsky en El País
del 5 de febrero).
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"Benjamín Camel, presidente de Tanzania, les dijo en Davos,
señores, yo he hecho todas las recetas neoliberales que me
pidieron el FMI y el Banco Mundial. He privatizado las empresas
estatales porque no eran eficientes. Las compraron capitales
extranjeros, resultado, lo que teníamos ahora es extranjero.
Hemos eliminado los aranceles aduaneros para estimular la libre
competencia. Resultado, todas las empresas nacionales quebraron.
He abierto el ingreso libre a los capitales. He hecho todo lo
que han pedido. Todavía estoy sentado esperando que lleguen las
famosas inversiones extranjeras. Hemos desmontado todo el
sistema de salud, de protección social, para un modelo que no
ha funcionado. Díganme qué tengo que hacer. Y todos se
quedaron callados". (Roberto Savio, director general
de IPS, en el suplemento Bitácora de La República del 4 de
marzo).
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