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Marcos se radicalizó con su llegada a la capital mexicana

por Rodrigo Taibo

El presidente mexicano Vicente Fox sigue confiando en que la firma de la paz con la guerrilla zapatista es posible en el corto plazo, mientras que el líder del EZLN, subcomandante Marcos, insiste en hacer sonar los tambores de guerra y, según analistas, ha logrado imponer condiciones al gobierno.

La "marcha por la dignidad indígena" o el "zapatour", encabezada por Marcos y 24 comandantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) llega a la ciudad de México tras recorrer casi 3.000 km desde Chiapas, cuna de los zapatistas, y el discurso rebelde se radicaliza, e incluso alienta a otros grupos armados.

El analista Jorge Fernández Meléndez dice en un artículo publicado en Milenio Diario que "nos guste no el proyecto de Marcos y Germán -el otro jefe zapatista blanco-, lo cierto es que han logrado imponer condiciones al gobierno federal y a buena parte de los actores políticos".

Agregó que "la estrategia gubernamental para Chiapas está equivocada. Hoy, ha colocado al EZLN y a Marcos no sólo en un plano de popularidad indiscutible, sino que, además, se ha dejado al presidente Fox (...) a la defensiva".

En una reciente entrevista concedida al Canal 40 de televisión, el presidente dijo que su gobierno está dispuesto a atender las "tres demandas de los zapatistas, "siempre y cuando ese grupo armado se cambie de la arena militar a la política".

Para el presidente conservador, la paz en Chiapas es cuestión de semanas, porque su administración está en condiciones de cumplir las exigencias de los zapatistas, aunque añadió que el límite está en que se debe mantener la seguridad de 100 millones de mexicanos.

Marcos y sus jefes han recorrido medio país, 10 estados, al amparo de una ley de diálogo y las garantías que brinda la Constitución a todo mexicano, pero pidió permiso a otras fuerzas guerrilleras para pasar por "sus territorios".

En el Estado de Morelos , dijo que "el EZLN reconoce a estas organizaciones, entre ellas al marxista Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI), al Ejército Popular Revolucionario (EPR), y las Fuerzas Armadas Revolucionarias del Pueblo (FARP)", y les agradeció "las condiciones creadas que han facilitado nuestro paso por los territorios en sus áreas de influencia".

Para el presidente del PEN Club Internacional, el poeta mexicano Homero Aridjis, la "marcha por la dignidad indígena" zapatista ha puesto en acción "todos los activos del descontento social", y la retórica revolucionaria del subcomandante Marcos puede llegar a "desestabilizar" a México.

El efecto de la caravana zapatista ha sido magnificado por los medios, según Aridjis, a quien le "preocupa el México que viene después de la marcha, en la que Marcos habla de levantamientos de indígenas, reclamos de territorios, de reservas naturales, el México que nos va a quedar después del reclamo social".

El jefe rebelde afirmó que el gobierno "sigue abonando el terreno del descontento social y, si no hay diálogo y salidas políticas pacíficas reales, no simulaciones, este descontento derivará, tarde o temprano, en el recurso de la vía armada".

Los zapatistas llegan a la ciudad de México para reclamar que el Congreso apruebe --conforme a su visión-- una ley de cultura y derechos indígenas, pero su cúmulo de demandas ha aumentado en la ruta, lo mismo que sus críticas y distanciamiento con el gobierno de Fox.

El regreso desde la clandestinidad del duro y ortodoxo comandante Germán, nombrado como negociador con el Congreso, unido a la creciente estridencia contestataria del líder visible de la guerrilla indígena, subcomandante Marcos, parecen marcar una radicalización zapatista.

La aparición de Germán como negociador "es un mal síntoma, signo de lo que sospechábamos, que los zapatistas están en un proyecto radical", dijo a la Carmen Legorreta asesora de movimientos campesinos y estudiosa de los fenómenos sociales, quien durante casi dos décadas ha trabajado en la zona de Las Cañadas, cuna del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, EZLN.

En la marcha emprendida por hacia la capital mexicana, cuyo objetivo es impulsar la aprobación de una ley sobre Derechos y Cultura Indígena, Germán es el único comandante de la guerrilla zapatista que va con el rostro descubierto y junto con Marcos es el único blanco entre los mandos del EZLN.

Tan clandestino fue durante más de 20 años que su familia lo creía muerto, hasta que salió a la luz pública en 1995, con un fugaz arresto.

Ahora los zapatistas lo trajeron al primer plano, al ungirlo como jefe de los contactos con el Congreso, un papel ajeno a su especialidad: la guerrilla.

Presentado el 24 de febrero en San Cristóbal como el "arquitecto" Fernando Yanés por los zapatistas que se cuidaron de no llamarlo comandante, pero Germán, un marxista ortodoxo, fue jefe máximo de las clandestinas Fuerzas de Liberación Nacional (FLN) y fundador del EZLN.

Su regreso a escena también ha removido antiguos episodios de la historia de las FLN. Germán es sospechoso de haber ordenado, en 1976, el asesinato de Napoleón Glockner y Nora Rivera -embarazada del primero-, ambos militantes de las FLN, por presunta "traición", luego que el ejército mexicano desbarató una casa de seguridad de ese grupo armado.

"Que digan que pasó. En todo este tiempo ellos no han dicho que no los mataron ¿Por qué se han quedado callados?", dijo al diario Milenio Cuhautémoc Rivera, hermano de Nora.

Con la reaparición pública de Germán en la marcha han revivido, además, viejas prácticas autoritarias de los zapatistas, como el amenazar con vetos a los medios. Según Legorreta "Germán era más duro que Marcos, en términos de una ortodoxia radical de izquierda".

Durante varios años se habló en México de un distanciamiento entre Marcos y Germán, quien fue detenido y liberado por las autoridades en 1995, pero Legorreta cree que lo que se dio entre ellos "era un problema de liderazgos, pero no un problema de proyecto".

Se trató de una disputa, que se terminó de resolver, cuando el EZLN saltó a la luz pública, a favor de Marcos "con la habilidad que tiene, con relación a Germán, en términos de locución, de comunicación. Es un genio para la comunicación".

En su libro "La rebelión de las cañadas", el historiador Carlos Tello contó que a principios de los años 70 Germán era el responsable de redactar los folletos, elaborar los mapas y reparar las armas destinadas a la guerrilla de las FLN.

Según la investigación, Gloria Benavides, la comandanta Elisa, describe a Yánez en esos días como "un hombre muy violento" y otros zapatistas "coincidían con ella: era la línea dura. Ahí sí que no perdonaba a nadie".

Tello recogió en su libro apuntes como este: "lo miraban con temor cuando llegaba con ellos a la selva. Les impresionaba su corpulencia, su rigidez, su ferocidad, las tres estrellas de comandante que le brillaban en el pecho".

Muy pronto terminará la movilización de los zapatistas con Marcos a la cabeza, seguramente el gobierno de Fox le hará algunas proposiciones al igual que el Congreso. Luego la guerrilla tendrá su dilema. Continuar el enfrentamiento militar en Chiapas o convertirse en una fuerza política sin capucha, perdiendo así la mística y la imágen mediática que le dieron los medios de comunicación desde su aparción.  LA ONDA® DIGITAL

 

 

 

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