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Ciencia
y desarrollo,
desarrollo a la mitad
por Liliana
Pertuy
En la sociedad
moderna la generación de conocimiento y su difusión económica
constituyen un elemento central del desarrollo, sin embargo en
la génesis del conocimiento científico mundial las mujeres no
tienen la misma participación, promediando todas las
disciplinas no llegan al 30%, publican menos participan menos en
congresos y seminarios, reciben menos premios que sus colegas
varones y aunque en algunos países constituyen el 50% de la
fuerza laboral solo ocupan el 20% de los cargos de
responsabilidad. Resulta casi paradojal que en el ámbito de las
ciencias la información no sea coherente estadísticamente y no
revista sistematización lo que hace que los problemas
específicos queden relegados a un espacio casi marginal. En el
campo de la producción científica se reproducen los patrones
de discriminación social de género ya que las posibilidades de
formación académica y de acceso a esta es muy diferente entre
mujeres y hombres, teniendo las mujeres que sortear una serie de
barreras y trabas para incorporarse a estos ámbitos. Esto se
constata en todas las sociedades independiente de sus niveles de
desarrollo y se remontan a las ya considerada división sexual
del trabajo que asigna a las mujeres las responsabilidades del
hogar y a los hombres los destina a los espacios públicos que
también es el espacio de la ciencia. Esta vinculación la
acredita como más emocional que racional y también desde este
punto de vista no le sería "natural" el mundo
científico que por definición es racional.
La especificidad
de los sexos en la ciencia y la tecnología tiene que ver con
las formas en que interactúan hombres y mujeres con prácticas
científicas y tecnológicas históricamente y socialmente
determinadas, estas practicas crean las relaciones sociales y
las continentan, en la medida en que hombres y mujeres tienen
intereses diferentes, querrán saber cosas diferentes y se
preguntarán acerca de la naturaleza cosas diferentes esto
genera una cultura científica distinta." Las mujeres y los
hombres tienden a tener relaciones distintivas con la naturaleza
en razón a sus diferencias biológicas, pero también por que
la sociedad les asignan diferentes funciones y actividades
sociales, y por tanto tienen diferentes intereses, necesidades y
esperanzas respecto de las leyes de la naturaleza y los recursos
y los peligros derivados de ella." [1]
Existen varias
explicaciones tratan la escasa presencia de las mujeres en la
ciencia, al respecto nos dicen Aguirre y Batthyânhy " En
primer lugar, explicaciones que sustentan un argumento
biologista o naturista. Se trata de argumentaciones fundadas en
la sociobiología que justifican la exclusión de las mujeres de
las ciencias a lo largo de la historia por su inferior capacidad
natural de abstracción e invención, debido a factores
genéticos, hormonales y neurológicos, y su natural tendencia a
la irracionalidad y la emotividad.
En segundo lugar,
aquellas que ponen el acento en factores socioculturales y
aluden a los mandatos y expectativas sociales que se transmiten
en los procesos de socialización de género y que generan la
identificación genérica desde los primeros años de vida.
Estos mecanismos explicarían la baja motivación y la falta de
familiaridad de las niñas en relación a las disciplinas
científicas.
En tercer lugar
se encuentran las explicaciones que atribuyen este fenómeno
fundamentalmente a la misoginia o a los patrones sexistas de las
instituciones académicas y laborales, permitiendo visualizar
los diversos mecanismos de discriminación existentes en el
mercado de trabajo y en los ámbitos académicos que contribuyen
a desalentar a las mujeres para dedicarse a las ciencias.
En los ámbitos
académicos las investigaciones del lugar de las mujeres en la
ciencia recién ha comenzado a tener reconocimiento aunque
muchas veces estas investigaciones son consideradas de menor
talla, muchas veces se les pide a las académicas que expresen
el punto de vista de las mujeres o el de mujeres de una
minoría, en lugar de expresar sus propias opiniones
profesionales, y cuando lo hacen a veces se presta menos
importancia. Es necesario crear un entorno favorable desde las
organizaciones y crear instrumentos legislativos que garanticen
la igualdad y las oportunidades.
También en los
lugares de trabajo se crean una serie de obstáculos y
comportamiento manifiestos u ocultos que imposibilitan que las
mujeres desarrollen una carrera y mucho menos que se destaquen
en ella, a esto se le llaman "microdesigualdades", y
suponen formas de exclusión tan insignificantes que pasan
desapercibidas pero que son acumulativas lo que van generando un
clima hostil y de esta manera disuaden a las muchachas a
emprender carreras científicas o técnicas. "Las
microdesigualdades pueden definirse en conjunto como los
comportamientos que tienen por efecto singularizar, apartar,
ignorar o descalificar cualquier otro modo a un individuo, en
función de características inmutables como el sexo, la raza o
la edad..." [2] Además a la hora de contratar a una mujer
se suelen hacer preguntas como su estado civil, sus proyectos
matrimoniales y el número de hijos que tiene o desea tener. Las
expresiones también forman parte de las formas
discriminatorias, los hombres se expresan de un modo abstracto,
impersonal, son más competitivos, interrumpen permanentemente
en particular a las mujeres, gesticulan y hacen grandes
ademanes, les gusta controlar, en cambio las mujeres son más
afables, más personales y sus gestos denotan atención o sirven
de aliento. Estas características fomentan el clima laboral
más equilibrado y la participación de todos.
Otro problema
para congeniar entre las mujeres y la ciencia es entre su vida
profesional y las responsabilidades familiares, ya que coinciden
en el tiempo la época de la maternidad y el de recibirse,
ascender, dedicarse, etc, las mujeres que no comparten las
responsabilidades familiares, la mayoría de las veces tiene que
pagar un alto precio a nivel profesional, y otras veces es al
revés para ser una profesional exitosa tiene que rescindir su
maternidad.
La diferencia de
sueldos que se pagan por el mismo trabajo entre hombres y
mujeres constituye otra traba, así como los ascensos y
titularizaciones, a pesar de la feminización creciente de la
matrícula esto no se ve reflejado en la misma medida cuando se
va avanzando en el escalafón. Las mujeres viven en el ámbito
científico un verdadero "aislamiento". LA
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